A la luz de la evaluación de la UNESCO en 2013 sobre el impacto de sus convenciones relacionadas con la cultura, en este trabajo se exploran algunas repercusiones que ha tenido en Michoacán la declaratoria del Día de Muertos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Se muestra cómo para el pueblo purépecha ha significado que su ceremonia ritual se consuma como espectáculo por la acción del turismo masivo, mientras que para las ciudades no indígenas, como Uruapan, se ha ido transformando en una fiesta popular mediante la cual, más allá, de las políticas institucionales y la acción de los comerciantes, la población se reapropia del espacio público antes hegemonizado por la violencia asociada al narcotráfico.
2014, El Día de Muertos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad