El movimiento social generado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se nutrió de los más disímbolos sectores de la sociedad así como del sacrificio de los zapatistas que murieron durante su levantamiento armado. A la amplia aceptación de su proyecto de transformación social, opuesto al neoliberalismo, contribuyó su discurso, a la vez telúrico y moderno, religioso y secular, humanista y liberal, democrático y radical, poscomunista y comunitario, así como la percepción de los zapatistas de ser los “hombres verdaderos”, poseedores de una palabra y una historia verdaderas. Aquí se explora la importancia que tuvo la identidad de los zapatistas como “hombres verdaderos” para la movilización social y para ser cobijados por un sinnúmero de organizaciones nacionales e internacionales; y cómo al mismo tiempo esa autopercepción y autovaloración de poseer “la palabra verdadera”, con el devenir del movimiento zapatista, se volvió una de sus más importantes debilidades, al dificultar las negociaciones con sus aliados y limitar su capacidad para resolver contradicciones y enmendar errores.
