Aquí se explora la presencia de los jóvenes indígenas en México mediante la información arrojada por el Censo Nacional de Población del año 2000, para hacer visible a este sector en el campo de la investigación social. Se aborda su presencia en las ciudades como producto de movimientos migratorios, las dificultades de estos jóvenes para afrontar la vida urbana así como las constantes negociaciones que deben emprender como parte de grupos familiares y comunitarios con un fuerte arraigo cultural. Se plantean además algunos de los retos que deberán enfrentarse para la investigación de los jóvenes indígenas, desmontando estereotipos y esencialismos.
